Guidepost Solutions
Después de completar la evaluación, abordamos la solución en tres fases. La primera fase consistió en la reducción de las alarmas en la región de América del Norte. Nuestro equipo comenzó comprobando el sistema de programación del GSOC para determinar qué alarmas podían activarse o desactivarse a través del sistema. A continuación, identificamos los tipos de alarmas más frecuentes, que provenían de torniquetes y puertas defectuosas.
Descubrimos que el GSOC recibía alarmas de restauración que se producían cada vez que se eliminaba una posible infracción. Desactivamos la alarma de restauración y comenzamos a reclasificar las alarmas en función de la ubicación y la criticidad. Esto permitió una mejor priorización y una respuesta más rápida.
La segunda y tercera fase del compromiso consistieron en la normalización de la nomenclatura de los sistemas de seguridad electrónica en los centros de Europa y Asia y el Pacífico. La falta de estandarización dificultaba la identificación del origen de cada alarma, por lo que reprogramamos los dispositivos de seguridad existentes para que se ajustaran a las convenciones de nomenclatura, de modo que el GSOC pudiera identificar los dispositivos con mayor precisión y rapidez.
Además de la falta de estandarización, no existía un mecanismo de priorización, lo que hacía imposible discernir el nivel de urgencia de cada alarma. Para abordar este problema, implementamos un sistema codificado por colores para asignar niveles de criticidad a cada alarma.