Al principio del uso generalizado de la IA, su capacidad para producir resultados rápidos y aparentemente fiables distrajo a muchas empresas y particulares de los peligros de utilizar herramientas de IA como un "juguete nuevo". Una vez pasada la novedad, los usuarios de IA se encuentran con la realidad de que los modelos de IA son simplemente una herramienta para ayudar a encontrar una solución, no la solución en sí misma. Centrarse demasiado en el componente de IA de una solución mientras se descuida su gestión y supervisión puede dar lugar a varios problemas, como resultados sesgados o inexactos, violaciones de datos y responsabilidad legal.
Por ejemplo, pensemos en una empresa que integra rápidamente la IA en su proceso de contratación para agilizar la selección de candidatos. Al principio, la herramienta de IA parece funcionar excepcionalmente bien, filtrando rápidamente miles de solicitudes e identificando a los mejores candidatos. Sin embargo, con el tiempo, surge un patrón preocupante en el que el sistema de IA comienza a mostrar un sesgo significativo, favoreciendo desproporcionadamente a los solicitantes de determinados orígenes y discriminando inadvertidamente a otros. Este sesgo resulta en un desastre de relaciones públicas, que conduce a acusaciones de prácticas de contratación injustas y desafíos legales. La reputación de la empresa sufrirá sin duda un duro golpe, y los costes financieros de rectificar la situación serán considerables.
Este ejemplo subraya la importancia crítica de implantar un sólido marco de gestión de riesgos de IA interfuncional para identificar, supervisar y mitigar posibles problemas antes de que se conviertan en problemas graves. La IA está evolucionando tan rápidamente que muchas empresas están desarrollando e implantando la tecnología antes de crear por completo el marco de gestión de riesgos correspondiente. Sin embargo, nunca es demasiado tarde para trabajar con todos los departamentos afectados en la implantación de una sólida política corporativa de IA que aborde la gestión y supervisión de los riesgos de la IA. Esto incluye la creación de estructuras claras de gobernanza de la IA, la definición de funciones y responsabilidades, y el establecimiento de protocolos para auditorías y revisiones periódicas.
La integración de la supervisión humana multifuncional en el ciclo de vida de la IA permite a los responsables gestionar de forma proactiva y mantener el pulso de los posibles problemas. Los revisores humanos pueden ayudar a detectar errores que los sistemas automatizados podrían pasar por alto y proporcionar un contexto valioso que los modelos basados en datos podrían pasar por alto.
Un elemento clave de la gobernanza de datos es establecer políticas y procedimientos claros de IA sobre cómo se recopilan, almacenan y utilizan los datos. La supervisión de estas políticas debe basarse en el riesgo, ser continua y abarcar diversas métricas como la seguridad, la precisión y la imparcialidad. De este modo, las organizaciones pueden identificar y abordar de forma proactiva nuevos problemas, actualizar los controles de los ya existentes y garantizar que el sistema de IA siga siendo fiable y eficaz.
Tanto si su organización está empezando a explorar la IA como si busca perfeccionar las políticas de IA existentes, nuestros expertos están preparados para ayudar a garantizar que su organización implemente una estrategia de IA responsable y segura. Nuestro equipo se dedica a colaborar con las empresas para navegar por las complejidades de la gobernanza, la privacidad y el cumplimiento de la IA.