Cómo pueden prepararse mejor los lugares de culto para lo peor

Stephanie Douglas 7 de noviembre de 2023

Desde mi publicación inicial sobre este tema en 2018, el mundo ha vuelto a experimentar cambios significativos, tanto en el escenario global como dentro de nuestras propias fronteras. Por ello, me he tomado unos minutos para revisar mis reflexiones sobre este tema.

Con los conflictos en curso en Oriente Medio y la aparentemente persistente violencia armada en nuestro propio país, la creciente preocupación por la seguridad de las diversas comunidades religiosas nos ha impulsado a todos a reevaluar y aumentar la seguridad en los lugares de culto y las instituciones educativas afiliadas. Independientemente de su fe, quienes se reúnen y rinden culto tienen derecho a sentirse seguros al hacerlo en Estados Unidos. Sin embargo, los santuarios de la fe se enfrentan al delicado equilibrio entre mantener un ambiente de apertura e inclusión y garantizar la seguridad de sus fieles. Exploremos algunos principios y estrategias fundamentales para garantizar que miembros y visitantes se sientan seguros.

1. Conozca sus riesgos y establezca relaciones

Algunas comunidades religiosas corren riesgos específicos de violencia debido al entorno geopolítico y a conflictos mundiales concretos. Aunque muchas comunidades religiosas conocen bien los riesgos generales a los que están expuestas sus comunidades, también deben conocer los riesgos específicos. Hay ocasiones en las que una comunidad religiosa puede convertirse en un objetivo potencial de la violencia por motivos de raza, etnia y/o posiciones políticas. En estos casos, es imprescindible mantener un compromiso activo con las fuerzas del orden. Aunque tanto las autoridades locales como las federales están familiarizadas con cuestiones geopolíticas de mayor envergadura y con los posibles riesgos de violencia, las comunidades religiosas deben buscar proactivamente estas relaciones con las fuerzas del orden para garantizar un diálogo permanente. La información y las relaciones son importantes para ayudar a cualquier comunidad religiosa a prepararse y mitigar los riesgos de la mejor manera posible.

2. Tener un plan y un equipo, si procede

En este punto, contar con un plan de seguridad básico documentado debería ser una prioridad para toda comunidad religiosa, independientemente de su tamaño. Su plan de seguridad puede proporcionar información como los números de teléfono de notificación para el personal y los bomberos/la policía, un lugar identificado para que la comunidad se reúna en caso de emergencia o catástrofe natural, e incluso una lista de control de seguridad para los eventos. Aunque no sea necesario entregar una copia del plan a todos los miembros, saber que los dirigentes de la comunidad se han tomado el tiempo necesario para reflexionar sobre la seguridad puede darles la seguridad de que el asunto se está tomando en serio.

Si puede permitírselo, identifique a personas concretas responsables de la seguridad. A veces esto es demasiado exigente para las comunidades más pequeñas, pero incluso contar con una o dos personas que puedan dar indicaciones, responder preguntas e interactuar con las fuerzas del orden puede ser útil.

Los planes de seguridad diferirán en función del riesgo y su respuesta dependerá del riesgo que se presente. En cualquier caso, aquí tienes algunas ideas iniciales que te serán útiles a la hora de desarrollar un plan.

  • ¿Cómo asegura sus zonas más vulnerables, como las áreas de cuidado de niños y los espacios de reunión?
  • ¿Dónde están las salidas más lógicas y opcionales para tu espacio o espacios?
  • ¿Adónde iría en caso de tener que evacuar su espacio?
  • ¿Qué hacer si no se sabe si es seguro evacuar? ¿Tiene capacidad para refugiarse en el lugar de forma segura?
  • En caso de catástrofe natural, ¿dónde están la alarma de incendios y el extintor más cercanos?
  • En caso de tirador activo, ¿cómo debe responder? ¿Cuáles son sus opciones?
  • ¿Cómo avisa a alguien de su congregación y/o a las fuerzas del orden si ve un delito o a una persona que le preocupa?
  • ¿Tiene acceso a una herramienta de comunicación que pueda mantener a su comunidad informada sobre cualquier emergencia?

Las fuerzas del orden pueden disponer de borradores de planes de seguridad que pueden ser un buen punto de partida. En el caso de comunidades más grandes y de mayor riesgo, puede ser conveniente consultar a expertos externos en seguridad.

3. La comunicación es la clave: la gente ya piensa en la seguridad, se hable o no de ella.

La importancia de la comunicación es aún más esencial hoy en día. Si antes era difícil para las comunidades religiosas hablar de seguridad, ahora sus miembros exigen que se hable de ello. Con la continuación de la violencia armada y su impacto en las escuelas y servicios religiosos, ya no es un tema que se pueda dejar de lado. Ningún plan de comunicación es perfecto, pero ser capaz de articular su plan y un mensaje reflexivo en torno a la seguridad desde el liderazgo a toda la comunidad religiosa es a la vez responsable y tranquilizador. Sus miembros y visitantes dependen de una buena planificación en caso de que ocurra algo malo. En colaboración con los líderes religiosos, las fuerzas del orden, los expertos en seguridad y los líderes laicos comprometidos, su comunidad puede decidir la mejor manera de tratar este tema y planificar en consecuencia.

4. Formación y herramientas de seguridad

Considerado en otro tiempo un tema difícil de abordar en ciertos círculos, ahora es imperativo no sólo entablar conversaciones abiertas, sino también recibir una formación esencial. Incluso dentro de los centros educativos, los niños participan en conversaciones y reciben formación para prepararse ante la posibilidad de que se produzcan situaciones de tirador activo.

Existe una gran variedad de recursos de formación en este ámbito, potencialmente dentro de su propia comunidad. En muchos lugares, las fuerzas de seguridad locales están disponibles para formar a las comunidades y mejorar su capacidad de respuesta ante una crisis. Otra forma de prepararse consiste en facilitar a las fuerzas de seguridad el acceso a sus instalaciones. Este acceso puede proporcionarles información valiosa sobre sus instalaciones en caso de que tengan que responder a un suceso. Si se necesita una formación a mayor escala o más personalizada, también existen empresas consultoras de seguridad,

También hay disponibles diversas herramientas de seguridad para aumentar la seguridad física de su espacio, incluidas las que limitan el acceso a zonas específicas. Además, pueden utilizarse aplicaciones específicas para iglesias, así como herramientas de comunicación comercial más amplias, para mantener informados a su personal y a la comunidad en caso de amenaza.

A la luz de la creciente necesidad de encontrar un delicado equilibrio entre apertura y seguridad en las instalaciones religiosas y las instituciones educativas, resulta cada vez más evidente que es esencial contar con la orientación de expertos. En estos tiempos difíciles, recurrir a la experiencia de un consultor externo, versado en la elaboración de soluciones de seguridad a medida para este tipo de entornos, puede resultar inestimable. Al colaborar con profesionales experimentados, las instituciones no sólo pueden navegar por las complejidades de la aplicación de estos principios, sino también mejorar la seguridad y el bienestar de sus miembros y estudiantes. Le animamos a considerar este tipo de asociaciones para crear planes de seguridad completos y eficaces en beneficio de todos.

Una versión anterior de este artículo se publicó en Seguridad Hoy el 11 de julio de 2018 y escrita por Stephanie Douglas.

Stephanie Douglas con chaqueta negra y collar sonríe a la cámara

Stephanie Douglas

Presidente, Práctica de Seguridad Nacional

Stephanie Douglas se centra en investigaciones delicadas de delitos internos y de cuello blanco, programas de seguridad corporativa, protección e investigaciones de propiedad intelectual (PI) y educación proactiva de los ejecutivos sobre las amenazas internas. Tiene una amplia experiencia en la gestión de investigaciones criminales y de seguridad nacional, operaciones de seguridad nacional y global y desarrollo de políticas y estrategias. La Sra. Douglas ha tenido una distinguida carrera tanto en el sector privado como en el público. Después de 23 años, se retiró como ejecutiva sénior de la Oficina Federal de Investigaciones, donde desempeñó diversos cargos influyentes. También se desempeñó como directora sénior de seguridad corporativa de Pacific Gas & Electric antes de unirse Guidepost Solutions.

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